top of page
IMG_2069.PNG
WhatsApp Image 2023-02-11 at 12.37.47.jpeg
WhatsApp Image 2023-02-09 at 22.42.44.jpeg
WhatsApp Image 2023-02-11 at 12.37_edited.jpg
WhatsApp Image 2023-02-12 at 17.54.08.jpeg
WhatsApp Image 2023-02-12 at 17.31.46 (1).jpeg
IMG_7850.jpg
EZE_BIO.jpg
IMG_1955.jpg

Cada momento que experimento aporta más sentido al sinsentido que tiene nombrar enlistadamente la serie de sucesos de vida que hacen que hoy escriba esto.

Me pregunto: ¿cuánto necesitamos saber de las cosas para sentirnos segur@s y poderos@s?
El otro simplemente está ahí, siendo

Y en ese estar, no hay tiempo.

Si esperás en esta biografía un currículum excelso, extenso,  detallado y duro para intentar dimensionar anécdotas en viñetas y fechas del pasado, podés dejarlo morir y seguir leyendo o decidir decir chau y hacer algo diferente.

Me gusta escribir y he decidido transmitir una sensación, no una idea de mí, en forma de relato; vamos: 

La mujer que me dió a luz narró alguna vez que mi concepción y mi parto fueron maravillosos y amorosos. Luego de este audio comprendí más aún mi agradecimiento a la vida.

Podés escuchar su relato aquí, completo, crudo:

00:00 / 07:12

El hombre que co-semilló su cuerpo decidió morirse 19 años después diciendo: "los dejo vivir en paz".

Amo a las otras 4 personas que ella parió. L@s veo poco y nada porque cada cuál está siendo a su forma, acá y en otra vida, y eso es desapegadamente excitante.

 

Me había una vez de niño, Ezequiel me llamaban en mi casa.
Enrique me llamaban en la escuela. Así impuso la maestra de preescolar llamarme porque había otro compañero espejo llamado Ezequiel, y como yo tenía dos nombres, era más operativo. 

Mucho tiempo me enojó este hecho. Hoy lo agradezco, lo entiendo y entreno para no identificarme con ningún nombre, porque soy este, soy ese que enriquece: enriquezequiel.

 

Mi Enrique me sentaba solito en la escalera negra del patio de la escuela, tímido.

No me permitían correr en el patio escolar. Observaba entonces todo.

 

Como una especie de juego ineludible, aprendí a tejer redes de información, redes vinculares, contradicciones, aciertos, predicciones, aprendí en el cuerpo a admirar las transpiraciones viriles de mis amiguitos, detalles sutiles de aquello que estaba expresándose frente a mí.

En una parte, sin juicio, sin moral. En otra, cosa totalmente juzgada.

Jugué en equipo desde niño. El rugby me dió esa forma: la cancha, la masa corporal, la cosa junta, entrenada, respirada, sudada de hábito común, ritual.

No me sacaba buenas notas en Biología (aunque era la materia que más me gustaba) y me compraban revistas de divulgación científica todos los domingos (gracias por ello).

 

Estudié medicina como una especie de acceso irresistible a comprender algo de la muerte material después del diagnóstico de papá.

Y entonces corté cuerpos muertos y abrí cadáveres y diseccioné partes de cuerpos de otros. 

Quité úteros, quité cuerpos vivos de otros cuerpos vivos y recibí en quirófano a humanos en partos naturales.

Un día estudiando fisiología renal supe que estaba bien así y dejé morir esa etapa.

 

Decidí entonces expresarme por medio de la voz, el canto y el teatro.

Monté salas, obras y escenarios en forma quirúrgica.
Actué, cursé la carrera de Puesta en Escena, brindé talleres, conté cuentos a niños. Los hice reír y los asusté.

 

Produje, iluminé, jugué y me aburrí del ego.

Y dejé morir.



 

Me fui a vivir fuera de la ciudad.
Medité, practiqué el crudiveganismo y cociné.

Y cociné para muchas personas junto a más personas.
Y fui Jefe de Cocina en Centro Umepay y me dediqué a fermentar.

Hoy me importa todo un carajo y eso me lleva a entrenar la compasión y el respeto por todas las posibilidades disponibles.

Amo el destino. Me excitan los hechos en sí mismo.
Siento, me abro, me cierro, miento, supongo, me honestizo, yerro, me duele, me duelo.

No sé si hago el bien o el mal  y tampoco me importa porque eso depende de la percepción del otro.

Pongo todo en duda.

Hoy vivo en Umepay, ¿una ecoaldea? ¿una comunidad?
No me importa.

 

Para mí, un Laboratorio Humano en donde cada día me despierto convencido y aportando valor al estimular que cada quien sea quien quiere ser, en plena libertad, en su mejor versión posible.


Puedo morir ahora, súbitamente, por la explosión silenciosa de una arteria cerebral, o incinerado por un rayo mal recibido en el pararayos de mi corazón y lo haría feliz de estar trabajando para la sensible consciencia de un “nosotros”, desde la más profunda amoracción.

Amoracción en la soledad.
Amoracción de a muchos.
Amoracción en lo banal.
Amoracción en lo nefasto e inimaginable.
Amoracción al instante, en presente crudo.

Amoracción: volver carne los espíritus que cada quien tenga en sus valijas y accionarlos. 

Es acción atravesada a consciencia x la existencia misma.
Es tu forma de amor puesto en tu forma de acción, pero de la mano, integradas.

Lo llevo en el cuerpo tatuado: #amoracciōn

 

Ahora, acá, liderando esta acción amorosa, me siento otra vez en la escalera negra del patio de la escuela de la vida, observándonos, siendo testigo activo, aprendiéndonos.
 

Al nacer, aquellos personajes me llamaron Enrique Ezequiel Molina, Soy especialista en enriquezequielmolinismo, y soy la única persona que puede hacerlo así, con mi singularidad e innovación.

Como izēki me dedico a dimensionar, entusiasmar y habilitar procesos de transformación personales, individuales y colectivos.

Brindo Masaje Californiano. 
Me gratifica brindarnos bienestar, entrenar nuestra presencia y exponernos en sinceridad.

 

Tengo título de nada + experiencia de todo lo que viví + validación de todo lo que yo dispongo cuando mi pensamiento no me gana. Soy una unidad humana disponibilizadora de posibilidades. 

Autorizado por la vida a ejercerme como humano, me brindo entero como canal de todo lo que voy saboreando darnos.

 

Y como una especie de vómito incontrolado, como un mecanismo autónomo de existir, brota intensa la sensación de calma, tormento que no encuentra explicación más que en el mismo e inexplicable presente.

Siento que no hay misterio. Siento cosas inexplicables y no por ello decido que sean misteriosas, sino experienciables, sensacionales, presenciables. Dejar las cosas en manos del misterio, a mí, me aleja del presente, de la acción, me mentaliza y me vuelve ideal.
 

Amoraccionemos mirando a los ojos a otro ser; profundamente somos lo mismo.

Porque para la soledad, está la existencia; y la vida humana, para volver carne hacerlo juntos.

Compartamos el liderazgo de la vida sucediéndonos.
Para mí, no es cuestión de fe, es cuestión de red.

Este estoy siendo... muriendo a cada segundo.


Bienvenida la muerte de las ideas.
Bienvenido el juego.
Bienvenid@ vos.

izēki • bio

bottom of page