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Foto del escritorizēki • amoracción

AMAR ANTES DE AMAR.

Actualizado: 23 may 2023

El amor es el estado sensacional de la existencia siendo consciente de la unidad presente. Nosotros, el medio para sentirlo y accionarlo sin impedimentos: amoracción.

Y lo nombro un estado sensacional porque hoy lo siento genuino cuando sólo dejo que suceda, sin ideas. Sensacionar amor es para mí igual a sentir frío, calor, presión, olor o cualquier sensación fisiológica básica, eso que está antes de cualquier reacción emocional o construcción sentimental. Tampoco me estoy refiriendo al “amor a otr@s”, sino al sentir físico que surge del estado de consciencia holística al ser testigo de la unidad entre todas las cosas (incluídas otras personas). Por mucho tiempo creí y creé en mi mente la idea de que el amor era un sentimiento copado al que debía lograr acceder dentro del marco de comportamiento de un ser humano que se preciara de ser buena persona.

Creí que el amor era algo que debía trabajar o más bien merecer recibir de otr@s por acciones beneficiosas, honestas y que supusieran condicionalmente un aporte específico, juzgable y mensurable en lo que refiere a su calidad, cantidad y fuente. En este momento sale el sol de costado por mi ventana, me penetra la cara y siento la unidad.

Si no interpreto, todas las sensaciones que el sol genera al atravesarme sensitivamente, ellas juntas, son amor. Luego vienen el placer y la alegría, pero ahí ya me fuí a la mente…

Es antes, antes…

Ahí donde el sentir amor no tiene consecuencias emocionales ni intelectuales. Donde sentir consciente todo el tejido universal tiene mucha más información y sentido que cualquier sentido que otorguen las ideas de bienestar o malestar, de lo correcto y lo patético.

Allí donde todavía no participa la mente para elaborar un juicio a nada ni a nadie, donde la cosa sucede en si misma y en conjunto, sin importar nada más que la consciencia misma de la misma consciencia sintiendo que es consciente: Amor.

De esa sensación hablo. Y al ser consciente de ello, en amor, entonces se hace presente la facultad inevitable de poder elegir conscientemente atender, poner el foco y ser testigo activo de la gratitud que deviene de ese amar. No del amor que deviene de la gratitud. Al revés. Para amar, hay que primero amar. No digo ser generoso con el otro como un acto de amor. Propongo primero amar para observar desde el amor consciente la generosidad que brota naturalmente desde allí. No hablo de que hacer “cosas buenas” para ser amad@. Propongo practicar el hábito de sentir conscientes la existencia propia y la existencia del otr@ en tejido con la existencia presente de todas las cosas para estar sintiendo la misma existencia sucediendo en nosotr@s, al mismo tiempo.

Desde ahí puedo decidir: en libertad. En íntima relación con tod@, allí, desde esa conciencia unida, puedo decidir si doy vida o mato; y puedo dar vida o matar en amor.

Y digo dar vida o matar porque son los dos polos de la creación, el yin y el yan, lo opuesto y lo mismo a la vez, Eros y Thanatos, la luna y el sol, el frío y el calor y todas las ocurrencias conceptuales pedorras que se nos ocurran para nombrar lo diferente, que es lo mismo; si confiamos.

O si tememos. Porque cuando no amamos antes de amar, comienza el miedo y cesa la confianza. Cuando pensamos que el amor es consecuencia de algo correcto, protegido, beneficioso, honesto, empático, verdadero, bondadoso y buscamos en nosotros y en los otr@s este tipo de características para dar, pedir y recibir amor, hay detrás toda una idea moral y juiciosa de la humanidad. El amor no es consecuencia de nada. Si fuera así sería un hecho resultadista y perdería su cualidad que es simplemente ser sensación de unidad consciete. Y me permito en consciencia de amor decir esta sarta de ideas y conceptos por demás existenciales, proponiendo a que quien los encuentre intolerables, lógicos, reveladores, nefastos, obvios, aburridos, magníficos, inservibles o refutables, se detenga un segundo, respire, llame a su consciencia y vuelva o se ponga a amar.

Para amar, hay que primero amar. Y entonces poner en acción el amor.

Amoraccionar. Y aquí viene la dificultad (que en amor, deja de serlo). Pueden ser muy bonitas las ideas de ser espejo, de que todo está unido, de que presente, pasado y futuro están sucediendo al mismo tiempo, de que haberme trabajado un montón de tiempo interiormente, pero estoy proponiendo, sin exigencia, ser conscientes de estar investigando experimentarlo a cada momento. Entonces:

¿Puedo si no estoy en amor sentir y mirar con amor a quien abusa?

¿Puedo, si no estoy consciente del todo sucediendo, aceptar amorosamente que el otr@ está existiendo una experiencia diferente a la mía, con todas sus consecuencias y sentires?

¿Puedo frente a lo idealmente detestable poner un manto de amoracción y amar antes de decidir odiar reactivamente? ¿Puedo reírme a carcajadas en una convulsión espiritual al sentir en consciencia que nada de lo que el otro haga o hizo realmente importa? ¿Puedo otorgar amorosamente mi presencia a la gente, sin más que la experiencia presente y sin esperar respuestas específicas en tiempos específicos? ¿Puedo amarte y compartir con vos la vida sin necesidad de que me incluyas en tus libres decisiones de vida?

¿Puedo amar por amar y no por la idea que tengo de amar? Cuando esperamos tanto de la gente, tanto de las cosas, tanto de la naturaleza, tanto de los proyectos, tanto de la justicia, tanto del dinero, tanto de la palabra honesta, tanto, tanto, tanto, luego la muerte nos aplasta la cabeza.

Y eso también está. La muerte no ama para elegir correctamente quién debe retirarse antes o después; la muerte es amor, y como tal, es consciente de existir para dar muerte y crear nuevas muertes (vidas). Pongámonos a amar antes de amar. Accionemos esa consciencia a cada momento presente. Siento que el enojo, el odio, la exigencia y el reclamo pasaron de moda. Pero como cualquier prenda que te guste, podés vestirte retro y disfrutar de tu odio, tu enojo y vestirte de reclamos hermosamente sustentados y exigencias aliviadoras. Pero si lo elegís, te propongo disfrutarlo a consciencia. Y si lo decidís y no lo disfrutas, te invito a atender por qué.


Y si sentís que aún no estas en amor, entonces ya lo estas sintiendo... mezclalo con todo, cagate en las ideas que te trauman y hacelo un batido consciente de presencia universal. Yo voy a estar entrenando para aplaudirnos por existir, amando. Si vos también estas amando antes de amar, vamos a aplaudir junt@s, que la vida es una fiesta.


Bienvenida la muerte de las ideas.

Bienvenido el juego.

Bienvenid@ vos.



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