Nos atestiguo aún, con aires de superación personal, escalando gigantescos muros morales, adoptando formas vetustas frente al profundo miedo, dolor, soledad o la inevitable (?) muerte.
Todo es equívoco frente a la cantidad de diferentes ideas que nuestro órgano pensante tiene la capacidad de desarrollar cuando una sensación se presenta.
Pensar que lo que pienso es solo como lo pienso deja de lado el hecho de que hay otras vastas y finitas maneras de pensar y sentir, tan diferentes, tan válidas, tan en unidad.
Siento todo, y al pensarlo, interpreto, me equivoco.
Me perdono, siento otra vez…
Habilitemos el perdón.
Combinemos las teclas Ctrl+Z todas las veces que la humanidad lo necesite, sintiendo, con compasión, agradecimiento y amorosidad.
Necesito perdonar mi violencia para perdonar la violencia de otr@s.
Eso da miedo…, no lo pienses, atraviésalo con crudeza.
Cmd+Z al juicio equívoco que tengo sobre mí para otorgarme la gracia de liberar mis culpas y dejar de culpar a otr@s por su forma de existir.
Perdón al dejar que el dolor me atraviese el cuerpo, transite, haga lo suyo y me transforme; perdón por causarte dolor, a veces con intención, otras desde mi ignorancia.
Puedo también perdonar y agradecer si tu experiencia me causa dolor, sin juzgarla; es tuya, es válida. Es mía.
Hay tantos miedos y dolores como unidades humanas sintientes.
El acceso a lo que nos duele, cómo nos duele, cuánto nos duele y cómo pensamos lo que sentimos es decisión de cada un@, con nuestra historia, a nuestra medida, a nuestro tiempos, a nuestra dimensión.
Las teclas del perdón están disponibles a cada instante.
Perdonar es agradecer y amar los sucesos vitales, lo fatal, lo bello, lo pequeño, lo inmenso, lo posible, lo imposible, las heridas, los cuerpos, la experimentación, la mierda, la ignorancia, lo incontrolable.
Habilita tu perdón personal: Ctrl+Z
Estemos perdonando,
que para disfrutar la vida, por ahora,
tenemos esta activada, y es única.
izēki • amoracciōn
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